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Recursos didácticos

Our Food (and Beverages)

«Una manzana al día mantiene alejado al médico": este proverbio es de sobra conocido. Las manzanas, a menudo una de las primeras frutas que comen los bebés, se presentan de muchas formas: enteras, cortadas, en puré, cocidas o en zumo, mermelada o vino. Ricas en nutrientes, vitaminas, minerales, fibra y flavonoides, las manzanas también contienen millones de microorganismos. Favorecen la salud de los niños enriqueciendo su microbioma, lo que ayuda al desarrollo del sistema inmunitario y reduce las alergias. Aunque se consideran un superalimento saludable, las manzanas pueden ser peligrosas si están contaminadas con micotoxinas de hongos o si provocan reacciones alérgicas.

El microbioma de la manzana

Señorita: ¿no debería cambiarse la frase “una manzana al día” por “una manzana y su microbioma al día”?

En muchas partes del mundo, consumir carne, queso, yogur y helado es una norma diaria. La mayoría de estos productos proceden de vacas domesticadas, con una población mundial de unos 1.500 millones de cabezas. Aunque los alimentos de origen vacuno son ricos en proteínas y constituyen un elemento básico de las dietas equilibradas, su producción a gran escala plantea importantes problemas medioambientales.

Uno de ellos es el metano, un potente gas de efecto invernadero producido por los microbios del rumen durante la digestión. Curiosamente, las vacas dependen totalmente de estos microbios para descomponer el alimento y convertirlo en energía; sin ellos, las vacas morirían de hambre.

Reducir las emisiones de metano de las vacas es fundamental para la producción sostenible de carne y productos lácteos, pero no debe perjudicar el bienestar de los animales. Los científicos están descubriendo cómo influye en la producción de metano una combinación de factores: los microbios del rumen, la composición de los piensos y la genética de las vacas. Para hacer frente a este reto será necesario estudiar los tres factores a la vez para encontrar soluciones eficaces.

Reducir la huella de carbono de los animales destinados al consumo humano

Timmy: ¿Por qué las vacas producen tantos gases de efecto invernadero? ¿Es posible hacerlas más respetuosas con el medio ambiente?

Foto por Elina Sazonova, cortesía de Pexels.com

Las enfermedades infecciosas suponen una importante amenaza para la supervivencia a largo plazo de las especies marinas, y afectan tanto a las poblaciones comerciales como a las naturales. La gestión eficaz de las enfermedades es fundamental, ya que la acuicultura desempeña un papel clave para hacer frente a la escasez mundial de alimentos. Sin embargo, debe equilibrar la estabilidad del ecosistema y la fragilidad del medio ambiente.

El uso intensivo de antibióticos en la cría de animales pone en peligro la salud pública y la biodiversidad al alterar las bacterias beneficiosas y acelerar la resistencia a los antibióticos. Esta resistencia podría provocar futuras epidemias o pandemias.

La investigación se centra ahora en alternativas ecológicas, como los bacteriófagos, virus abundantes en los medios acuáticos que atacan específicamente a las bacterias dañinas sin afectar a las demás.

Acuicultura

Freddie, ¿estas hermosas especies marinas también están infectadas por el coronavirus? No, Lou, pero estos animales tienen sus propios problemas.

Comer es esencial para tener energía y saciar el hambre, pero también desempeña un papel clave en nuestra vida social. Comprar ingredientes, cocinar y compartir comidas enriquece nuestra calidad de vida. Esperamos que los alimentos sepan y huelan bien, sacien nuestra hambre y contribuyan a nuestra salud.

Los alimentos funcionales, una categoría especial, contienen ingredientes añadidos -como compuestos específicos o microbios vivos- que favorecen la salud. Los alimentos fermentados, ricos en microorganismos beneficiosos, están estrechamente ligados a este concepto, ya que los microbios pueden producir una amplia gama de sustancias beneficiosas para la salud.

Alimentos funcionales

Niño: I am so hungry and need to eat something now. Can food make me not only full, but also more healthy?

Por la mañana, después de comer o con los amigos, el café se ha convertido en un alimento básico en todo el mundo desde sus orígenes en el Yemen del siglo XVI. Introducido en Europa a principios del siglo XVII, al principio se tomaba en cafeterías especializadas.

El café es apreciado por su capacidad para suprimir el apetito, facilitar la digestión y despertar. Las preferencias por la intensidad de la infusión, la temperatura y los complementos como la leche o el azúcar varían de una cultura a otra, pero el café se considera universalmente un sello distintivo de un estilo de vida de calidad. Los países escandinavos lideran el consumo per cápita, quizá debido a sus largos y oscuros inviernos.

Los microbios desempeñan un papel crucial en la producción del café, contribuyendo a su apreciado sabor y aroma.

Café

Mamá: el café tiene un aspecto sucio y un olor fuerte, ¿por qué siempre lo bebes?

Créditos: C Schwab

El chocolate es una de las golosinas más apreciadas del mundo, a menudo vinculada al romance, la indulgencia y la comodidad. Aunque el cacao (Theobroma cacao) contiene antioxidantes beneficiosos, la mayoría se pierden durante el procesado, lo que hace que la reputación de alimento saludable del chocolate sea engañosa.

Pocos saben que el chocolate es un producto de fermentación microbiana, similar al yogur y la kombucha. Este proceso, en el que intervienen levaduras, bacterias y hongos, es esencial para desarrollar su característico sabor. El cultivo del cacao también supone un reto, ya que la planta se enfrenta a plagas, enfermedades y presiones medioambientales, con importantes costes sociales y ecológicos.

La próxima vez que disfrutemos del chocolate, deberíamos apreciar el esfuerzo -tanto humano como microbiano- que lo lleva a nuestras estanterías y considerar su conexión con la sostenibilidad.

Chocolate: ¡nuestro capricho favorito!

Papá: Cynthia dice que el chocolate tiene moho. ¿Es cierto?

A menudo se subestima el papel de los hongos en la alimentación y la producción de alimentos. Los hongos, por ejemplo, pueden cultivarse en la oscuridad y con materiales de desecho, mientras que la micoproteína se produce en grandes cubas de fermentación con un aporte mínimo de energía, agua y nutrientes. Los hongos también son esenciales en la producción de alimentos básicos como el pan, la cerveza, el vino y algunos quesos. Además, mejoran el crecimiento de los cultivos aportando nutrientes a las raíces de las plantas, protegen los cultivos de insectos y patógenos microbianos y ayudan a evitar la competencia con las malas hierbas. 

Dada su versatilidad, los hongos son esenciales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la erradicación del hambre, el suministro de dietas nutritivas y la promoción de prácticas sostenibles de conservación de la tierra.

Los hongos como alimento

Abuelo: ¿Estás seguro de que podemos comer esto?

Foto por cottonbro de Pexels

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